Un nuevo estudio ha sugerido que la soledad puede ser un factor de riesgo significativo para el desarrollo de diabetes tipo 2.
El trabajo, publicado la semana pasada en la revista Diabetología, examinó un gran conjunto de datos de salud pública que detalla la salud física y mental de unos 24.000 adultos noruegos. Los participantes del estudio completaron un cuestionario a mediados de los 90, y los investigadores siguieron su progreso hasta el día de hoy. A fines de 2019, más de mil habían sido diagnosticados con diabetes tipo 2. Un análisis mostró que aquellos que informaron el nivel más alto de soledad tenían el doble de probabilidades de desarrollar diabetes que aquellos sin sentimientos de soledad.
¿Por qué la soledad, entre todas las cosas, ayudaría a causar diabetes? Aunque el estudio no fue diseñado para responder a esa pregunta, los autores especularon sobre posibles mecanismos, tanto químicos como conductuales:
- Se sabe que la soledad desencadena una respuesta química al estrés, incluida la secreción excesiva de la hormona cortisol, que causa inflamación, niveles elevados de glucosa y resistencia a la insulina.
- La soledad afecta el apetito y el comportamiento alimentario, aumentando los antojos de azúcar y otras malas elecciones dietéticas.
- Las personas solitarias también pueden ser menos propensas a elegir estilos de vida saludables. Los amigos, seres queridos y conocidos en la comunidad pueden ser una fuente de presión positiva de grupo. Y es más probable que hagas ejercicio, salgas de casa o simplemente te levantes del sofá si tienes amigos que ver.
Los investigadores también identificaron un vínculo entre la soledad, la diabetes y el insomnio. La falta de sueño, que puede ser precipitada por el estrés crónico asociado con la soledad, se ha relacionado de forma independiente con los riesgos de diabetes y con los antojos de azúcar.
El estudio no es, en modo alguno, definitivo. No sería prudente dar demasiada credibilidad a los resultados de un breve cuestionario completado hace casi 30 años. Sin embargo, no es el primer artículo de este tipo que vincula la diabetes y la soledad. Un estudio de 2017 encontró que los adultos socialmente aislados tienen más probabilidades de tener diabetes tipo 2, mientras que un estudio de 2021 encontró que la soledad es un predictor más fuerte de niveles más altos de A1C que la depresión.
Parece que la causalidad puede avanzar en ambas direcciones: las personas con diabetes tienen más probabilidades de sentirse solas y las personas que se sienten solas tienen más probabilidades de desarrollar diabetes, una calle de doble sentido con el potencial de crear un círculo vicioso. De hecho, la soledad se asocia con muchos resultados de salud desafortunados, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la demencia.
Aunque el presente estudio no prueba el efecto de las intervenciones para abordar la soledad en personas que ya tienen diabetes tipo 2, otros estudios han demostrado que la actividad social puede generar mejoras metabólicas. Parece probable que los comportamientos diseñados para combatir la soledad en las personas con diabetes puedan mejorar la salud de muchos.
Los autores, un equipo de expertos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Noruega Occidental, creen que su investigación debería ayudar a los médicos y educadores en diabetes a centrarse más de cerca en el sorprendente impacto metabólico de la soledad:
Recomendamos que la soledad se incluya en las guías clínicas de consulta e intervención relacionadas con la diabetes tipo 2. Es importante que los proveedores de atención médica estén abiertos al diálogo sobre las preocupaciones de un individuo durante las consultas clínicas, incluso con respecto a la soledad y la interacción social.
Para leer más sobre la soledad y encontrar algunas recomendaciones sobre cómo obtener ayuda, le recomendamos este artículo de nuestros socios Salud cotidiana: todo sobre la soledad: qué la causa, cómo lidiar con ella y cuándo obtener ayuda.
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