En una palabra
Este estudio determinó el efecto de variar el contenido dietético de carbohidratos y grasas saturadas sobre los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) durante el mantenimiento de la pérdida de peso. Los autores concluyeron que la restricción de carbohidratos proporcionó una mejor resistencia a la insulina en el metabolismo de las lipoproteínas, sin efectos secundarios no deseados sobre el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o la inflamación.
Algunos antecedentes
La grasa saturada es un tipo de grasa dietética que se encuentra en productos de origen animal y en aceites tropicales como el coco y la palma. Las grasas saturadas son un factor de riesgo para el desarrollo de ECV. Están asociados con un aumento en el colesterol LDL (“colesterol malo”) que puede resultar en la acumulación de colesterol en las arterias. Los niveles de colesterol LDL se pueden reducir mediante cambios en la dieta. El reemplazo de grasas saturadas por grasas no saturadas (que se encuentran en nueces, aguacates, aceite de oliva y semillas) en la dieta puede reducir el riesgo de ECV y muertes totales. Sin embargo, el reemplazo de grasas saturadas con carbohidratos altamente procesados en la dieta no reduce el riesgo de ECV y puede afectar negativamente al colesterol LDL.
Los pacientes con diabetes tipo 2 (T2D) tienen resistencia a la insulina en la que las células del cuerpo no pueden responder de manera efectiva a la insulina. Esto da como resultado un nivel alto de glucosa en la sangre que se asocia con niveles anormales de colesterol. Aunque las dietas bajas en carbohidratos con grasas saturadas se usan para el control de la DT2, el efecto de las restricciones de carbohidratos y las variaciones en las grasas saturadas sobre la elevación del colesterol LDL y el riesgo de ECV no está claro.
Métodos y hallazgos
Este estudio 147 participantes con diabetes y/o CVD. Todos los pacientes habían seguido previamente una dieta y habían perdido entre un 10 y un 14% de su peso corporal. Luego fueron asignados aleatoriamente a 3 grupos para dietas de mantenimiento durante 20 semanas.
El grupo 1 fue la dieta baja en carbohidratos que consistió en 20% de carbohidratos, 60% de grasas (21% de grasas saturadas) y 20% de proteínas. El grupo 2 fue la dieta moderada en carbohidratos que contenía 40% de carbohidratos, 40% de grasas (14% de grasas saturadas) y 20% de proteínas. El grupo 3 fue la dieta alta en carbohidratos que tenía 60% de carbohidratos, 20% de grasas (7% de grasas saturadas) y 20% de proteínas. Se recogieron muestras de sangre en ayunas y se determinó la puntuación de resistencia a la insulina de lipoproteínas (LPIR). Se midieron triglicéridos, colesterol HDL, colesterol LDL, adiponectina y marcadores inflamatorios.
Se observó una disminución en la puntuación LPIR solo con el grupo 1. No hubo cambios en el LPIR en el grupo 2 y un aumento no significativo en el grupo 3. Los triglicéridos, el colesterol HDL, el colesterol LDL, la adiponectina y los marcadores inflamatorios no fueron diferentes según las dietas.
La línea de fondo
El estudio encontró que la restricción de carbohidratos resultó en beneficios dependientes de la dosis para el metabolismo de las lipoproteínas resistentes a la insulina sin efectos secundarios.
La letra pequeña
El estudio incluyó a adultos jóvenes y de mediana edad, relativamente saludables con colesterol LDL bajo, por lo que los resultados pueden no aplicarse a poblaciones de mayor edad, grupos con mayor riesgo o aquellos con dietas más restrictivas.
Publicado por :
El Diario Americano de Nutrición Clínica
Titulo original :
Efectos de una dieta baja en carbohidratos sobre la dislipoproteinemia resistente a la insulina: un ensayo de alimentación controlado aleatorio.
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