Una nueva investigación ha demostrado que una clase más antigua de medicamentos para la diabetes tipo 2 puede proteger contra la demencia. Un estudio de más de 500,000 adultos mayores con diabetes encontró que aquellos a quienes se les recetó glitazonas, también conocidas como tiazolidinedionas o TZD, tenían un 22 por ciento menos de probabilidades de desarrollar demencia.
Si el vínculo se confirma en un estudio adicional, es posible que las TZD, que ahora las personas con diabetes usan rara vez, puedan eventualmente recetarse para la prevención de la demencia.
El análisis también encontró que otro tipo de medicamento para la diabetes, las sulfonilureas, podría aumentar el riesgo de demencia.
El estudio (PDF) fue publicado por BMJ Investigación y atención abierta de la diabetesun sello de libre acceso de la prestigiosa Revista médica británica.
Los expertos saben desde hace tiempo que existen conexiones fisiológicas entre la diabetes y el deterioro cognitivo. La enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, parece ser causada, al menos en parte, por la resistencia a la insulina, que es una de las causas principales de la diabetes tipo 2, e incluso se la ha llamado “diabetes tipo 3”. Por lo tanto, nuestros investigadores decidieron investigar si los medicamentos para la diabetes también podrían prevenir o tratar la demencia.
La mayoría de los estudios previos sobre el tema eran más pequeños y, a menudo, tenían resultados contradictorios. Pero el alcance de la nueva BMJ El estudio puede convencer a los expertos de que hay algo en ello y podría estimular el diseño de experimentos más sólidos para confirmar el efecto beneficioso de las TZD.
Las TZD se han descrito como “el medicamento olvidado para la diabetes”. Son excepcionalmente efectivos en el tratamiento de la resistencia a la insulina, una causa fundamental de la diabetes tipo 2, protegen las células beta del páncreas y también reducen la cantidad de glucosa liberada por el hígado. Su uso alguna vez fue generalizado, pero hoy en día es mucho menos probable que los médicos recomienden el medicamento a nuevos pacientes. En el presente estudio, solo alrededor del 2,5 por ciento de los pacientes usaban una TZD, y es probable que una proporción aún menor de pacientes más jóvenes usen el medicamento.
¿Por qué las TZD cayeron en desgracia? Algunos datos han sugerido que pueden tener efectos secundarios peligrosos, como insuficiencia cardíaca y mayor riesgo de fracturas. También están asociados con el aumento de peso, un factor que ha sido objeto de un escrutinio cada vez mayor. Además, las autoridades encargadas de la diabetes quedaron impresionadas con la nueva generación de medicamentos para la diabetes, especialmente los inhibidores de SGLT-2 y los agonistas del receptor de GLP-1, que se cree que tienen beneficios adicionales más allá del control mejorado de la glucemia, incluida la pérdida de peso y la reducción del riesgo de enfermedad renal. Las últimas pautas de tratamiento de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) minimizan en gran medida el uso de TZD; en ediciones anteriores, las TZD se enumeraron de manera más destacada como opciones para pacientes sin comorbilidades para quienes “el costo es un problema importante”.
Si bien las TZD pueden o no ser una de nuestras mejores opciones para el tratamiento de la diabetes, el nuevo estudio sugiere que pueden ser extremadamente útiles para la prevención de la demencia. El uso de una TZD (sin metformina) resultó en un 11 % menos de riesgo de enfermedad de Alzheimer y un notable 57 % menos de riesgo de demencia vascular, para una reducción general del 22 %. Cuando las TZD se tomaron junto con la metformina, los efectos positivos fueron algo silenciados: una reducción del riesgo de demencia del 11 por ciento.
Mientras tanto, las sulfonilureas aumentaron el riesgo de demencia en un 12 por ciento. El resultado podría ayudar a desacreditar aún más a esta otra clase más antigua de medicamentos. Las sulfonilureas siguen siendo populares: alrededor del 45 por ciento de la población estudiada usó el medicamento, ya sea con o sin otros medicamentos, en parte porque están ampliamente disponibles como genéricos económicos. Sin embargo, las autoridades de diabetes se han alejado de recomendar sulfonilureas, por algunas de las razones por las que se han minimizado las TZD. Si bien las sulfonilureas pueden tener un poderoso efecto reductor de la glucosa, también están asociadas con el aumento de peso y el riesgo de hipoglucemia, y se considera que son menos beneficiosas que las opciones más nuevas.
El nuevo BMJ estudiar, para ser claros, es solo un gran primer paso. Fue un estudio observacional, no un ensayo controlado aleatorizado y, como tal, sus conclusiones aún deben confirmarse. Sin embargo, los resultados pueden comenzar a cambiar la forma en que los expertos ven estos medicamentos antidiabéticos más antiguos y económicos. Idealmente, el hallazgo conducirá a una prevención y tratamiento más efectivos de la demencia, un flagelo de las personas mayores con y sin diabetes.
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